ISBN: 9788494988592
Formato: 16,5 X 20 cm
Páginas 136
Sobre el libro
«Yo quisiera proponer una colección de cuentos de una sola frase, o de una sola línea, si fuera posible. Pero hasta ahora no encontré ninguno que supere el del escritor guatemalteco Augusto Monterroso: “Cuando despertó, el dinosaurio todavía estaba allí”». ITALO CALVINO
Sobre el autor
Augusto Monterroso Bonilla, Tito, nació en 1921 en Tegucigalpa, Honduras. Era hijo de un modesto empresario del mundo de la prensa, gracias al cual creció rodeado de imprentas y bohemios, seres pintorescos que influirían decisivamente en su obra.
A los 15 años fallece su padre y, junto a su madre y tres hermanos, se instala en Guatemala, donde sacrifica sus años de estudio trabajando como contable en una carnicería, en la que su jefe fomenta su curiosidad literaria. Encuentra tiempo para la formación autodidacta: usuario habitual de la Biblioteca Nacional, es en ese entorno donde mantiene sus primeros contactos con el mundo político, y en el que afianza su pasión compulsiva por la lectura.
Joven activista en una Guatemala sometida a la dictadura, publica en un periódico clandestino, pero es encarcelado y logra escapar, tras lo que se exilia en México con tan solo 23 años. Allí encuentra trabajo como corrector editorial.
Tras ser designado en el consulado de Guatemala en Bolivia vuelve a exiliarse en Chile, donde trabaja en La Gaceta junto a Pablo Neruda. Se establece definitivamente en México en 1956, donde murió en 2003, a los 81 años de edad.
En el 2000 fue galardonado con el Premio Príncipe de Asturias de las Letras. Según el jurado: «Su obra narrativa y ensayística constituye todo un universo literario de extraordinaria riqueza ética y estética, del que cabría destacar un cervantino y melancólico sentido del humor (…). Su obra narrativa ha transformado el relato breve».
Sobre la ilustradora
Neus Caamaño nació en Terradelles en 1984. Tuvo la suerte de pasar toda su infancia y adolescencia en un minúsculo pueblo cerca de Banyoles, rodeada de campos, bosques y alguna que otra casa abandonada en la que jugar, inventar y esconderse con sus dos hermanas. Como a tantos niños y niñas, una de las cosas que más le gustaba hacer de pequeña era dibujar. También leer. Hoy siguen siendo dos de sus vicios preferidos. Eso y practicar siempre que puede el arte de deambular por calles y caminos, esperando pacientemente que aparezcan en los rincones las historias que contar.
Actualmente vive en Sevilla, ciudad que adora especialmente por los azulejos, los jaramagos y las jacarandás.
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