Gratis
1 cuota de $21.999 sin interés | CFT: 0,00% | TEA: 0,00% | Total $21.999 |
2 cuotas de $13.143,30 | Total $26.286,61 | |
3 cuotas de $9.125,92 | Total $27.377,76 | |
6 cuotas de $5.203,13 | Total $31.218,78 | |
9 cuotas de $3.869,38 | Total $34.824,42 | |
12 cuotas de $3.255,85 | Total $39.070,22 |
Hacer a un lado todas las preocupaciones y estudios terrenales y delegarlos a otra persona constituye una motivación muy atractiva para algunos; pues indudablemente hay quienes quieren retirarse y estudiar, como demuestran la teología con sus refinamientos y la erudición con sus sutilezas; para otros, es cierto, esa motivación es una motivación pobre, mezquina, el motivo de la separación entre la Iglesia y el pueblo, entre la literatura y el pueblo, entre el marido y la mujer, y que ha desempeñado un papel importante en sacar de quicio a la totalidad de la Commonwealth. Pero cualesquiera sean las motivaciones fuertes e inconscientes que subyacen a la exclusión de las mujeres del sacerdocio -y es evidente que aquí no vamos a enumerarlas, mucho menos escarbar hasta sus raíces-, la hija del hombre instruido puede confirmar, a partir de su experiencia, que “es común, e incluso frecuente, que dichas concepciones sobrevivan en el adulto a pesar de la irracionalidad que las caracteriza y traicionen su presencia debajo del nivel del pensamiento consciente a causa la fuerza de los sentimientos que despiertan”.